domingo, 27 de noviembre de 2011

Viaje a Pauseland

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A veces necesitamos tomarnos una pausa. No sabemos exáctamente qué es lo que ocurre, pero todo lo que intentamos sale torcido, como si el mundo se hubiese desplazado sin previo aviso haciéndonos perder nuestro eje de coordenadas. La comida sabe amarga, la música es un ruido de fondo, y las palabras suenan raras y pierden su significado. Pisamos todos los charcos del camino. Las musas nos abandonan y las tortugas se van en busca de pastos más verdes.

Es momento de visitar Pauseland y buscar refugio en su gélida y al mismo tiempo acogedora tranquilidad. Curiosamente, allí me he encontrado con la tortuga espacial, que había desaparecido en combate, y nos hemos puesto al día. Se ve que también necesitaba un descanso y por eso se largó sin avisar. Así de impredecibles son los reptiles interestelares.

Y tras ese encuentro he sentido la necesidad de escribir en el blog. ¿Coincidencia?¡No lo creo!


La gente de Pauseland se lo toma con calma, habla bajito y con palíndromos, y se queda observando el mar helado con pose contemplativa y mirada profunda. Susurran melodías minimalistas que subliman el hielo nórdico con el sonido del viento metálico.

No dejéis de hacerles una visita.

Artista: Pauseland

Álbum: Palindrome

Año: 2008

Nacionalidad: Dinamarca

Género: Jazz






Web oficial: pauseland.com
Myspace: myspace.com/pauseland

jueves, 15 de septiembre de 2011

El ingrediente por la receta

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Hey, estoy vivo. Y sé que tengo cosas pendientes en el ciclo de Beardfish, pero necesitaban descansar y tengo en camino los dos Sleeping in Traffic. Así que cuando a Zavvi le venga en gana, lo retomo. Hoy tengo algo breve que decir. Y no es sobre el nuevo álbum de Dream Theater, sobre el que me gustaría hablar dada la controversia y división de opiniones que ronda por internet y tanto me sorprende. Además, eso no podría ser breve...

Hoy quería decir que Mike Oldfield es (un) dios. Lo matizable en la anterior afirmación es el tiempo verbal, pero eso es algo que se confirmará cuando se digne en publicar ese disco de nuevo con guitarras que iba a hacer, pero que intuyo volverá a tener electrónica fácil de Fruity Loops por todas partes.

He tenido antes un pensamiento acertado. Normalmente una de las cosas que se echan en cara al señor Oldfield es que "siempre suena igual". Y, si bien ha tenido sus momentos de reciclaje y autoplagio como cualquier grande seguro de sí mismo, creo que la gente se deja engañar por los timbres, los instrumentos. Una de las cosas que más me gustan de él es la personalidad e inmediata identificación de sus varios tonos de guitarra marca de la casa. Y la ilusión es confundir los ingredientes con el plato final.

Es obvio que si no te gusta el pimiento, las recetas que lo lleven es probable que no quieras comerlas. Pero mi razonamiento iba más hacia aquellos que, amando ciertas obras en las que esos ingredientes aparecen, los rechazan rotundamente en otras obras (posteriores y anteriores, no es cuestión de novedad u originalidad al parecer). Lo bonito de todo es eso, que a cada cual le puede gustar una cosa u otra, y que aunque a veces se pueda explicar de una manera lógica, normalmente no hay manera y se queda así.

Es como lo que a mí me pasó con el maíz dulce... de tenerlo siempre como ingrediente presente en ensaladas varias, acabé aborreciéndolo. Aún así, no deja de fascinarme la situación, y la confusión ingrediente/plato. Lo he visto ocurrir con multitud de artistas, y estoy seguro de que alguna historia similar podéis contar, ¿verdad?

    

domingo, 4 de septiembre de 2011

El día en el que todo tema era bueno

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Hoy me ha ocurrido algo fascinante, y que ojalá se repita en los días siguientes. Cada disco, cada tema suelto que he escuchado a lo largo de este atípico domingo me ha emocionado, me ha llegado incondicionalmente. Ha sido sorprendente y muy placentero, y espero que sea la prueba de que ha vuelto la capacidad de disfrutar la música profundamente, que hacía tiempo que echaba en falta (por desgracia).

Si bien ha sido un viaje en gran medida errático, hasta con los álbumes completos me he visto disfrutando de cada instrumento, de cada fraseo, de cada canción, como si fuera la obra más importante de la historia del arte. Y no estoy hablando de manera académica; no voy a alabar las adaptaciones para piano de las sinfonías de Beethoven que degustaba el otro día por ser música culta. Estoy hablando de "simples temas de música moderna".

Empezando el día con el Ride the lightning de Metallica y una gran sonrisa en la cara, fruto de una nueva perspectiva ante un disco más que conocido por mí, pero que esperaba tuviera dificultad a la hora de digerirlo. ¿Por qué? Creo que ya he comentado por estos lares que el metal por el metal no me decía nada últimamente.  Además de entrarme bien, he asimilado un montón de cualidades musicales y compositivas en las que no había caído anteriormente.

Y si no quería metal, me he bebido dos tazas, pues no sólo he disfrutado con éste, sino que además he escuchado (por primera vez en mi vida) un disco de Megadeth, animado por los temas que han incluido en el último Guitar Hero. El Rust in peace, concretamente. Y también me ha sonado de vicio.

A estos dos hay que sumarles el Buck Fever de Estradasphere, a quienes conocía de hace muchos años por una versión jazzera de temas del Super Mario Bros 2 (Super Buck 2, incluída en este álbum), y que me ha encantado. Curioso: el metal en los dos discos thrasheros anterioremente citados me ha sentado de vicio, y en cambio los pasajes más duros del Buck Fever me han caído mal... imagino que por el contraste con las partes más jazzeras o folkies, que son estupendas.

También ha sucedido que una serie de temas que se han sucedido aleatoriamente me han llegado como nunca. He notado sutilezas que se me habían escapado hasta hoy. He captado adornos y arreglos que habían escapado de mí en todas las anteriores escuchas. Y temas que ya tenía endiosados han cobrado una nueva importancia. Hablo, por ejemplo, de I'm not in love de 10cc o de Becoming Insane de Infected Mushroom. Y podría hablar de Layla, de Derek & the Dominos, pero es un tema que merecería una entrada para él solito, y me ha cautivado a estos niveles cada vez que la he puesto, no sólo hoy. Y muchos más, incluyendo Mussorgsky, Placebo, Johnny Cash, Isao Tomita, Blur... cada uno volviéndome más loco que el anterior, a su manera.

Ahora mismo, y con miedo a ponerme una única pista más en este domingo maravilloso por si no está a la altura del resto y no me resulta sublime, voy a poner la alarma y a pasar a posición horizontal, deseando fuertemente que durante las dos próximas semanas, como poco, se mantenga esta claridad y perspectiva ante la música que la Tortuga Espacial ha decidido regalarme.
    

miércoles, 27 de julio de 2011

The Color Spectrum

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Admitámoslo, todos nos hemos sentido un poco “azules” alguna vez, o hemos visto nuestro futuro bastante “negro”. Tiene sentido describirlo de esa forma. En ocasiones la barrera que separa los sentidos se difumina, y es posible que saboreemos un sonido, u oigamos un color, o que un olor nos haga desenterrar viejos recuerdos, cual magdalena proustiana.

Y si un simple color es capaz de causar un impacto en nosotros y despertar nuestro lado creativo ¿Por qué no hacer un disco conceptual que gire en torno a él? Una serie de canciones que suenen a “rojo”, por ejemplo, inspiradas en las sensaciones que evoca ese color.

Es lo que proponen The Dear Hunter con The Color Spectrum, nueve EPs que recorren el espectro visible, cada uno con cuatro canciones influenciadas en lo musical y lo lírico por un color determinado (negro, rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil, violeta y blanco), ofreciendo una experiencia variada en cuanto a sonido y estados de ánimo.

Temas más pesimistas y contundentes para Black, con sonidos que en ocasiones me recuerdan a Muse o a The Mars Volta (salvando las distancias); agresividad y rock para Red; temas alegres y veraniegos para Yellow, rememorando amores estivales;  más folkies y melancólicos para Green y Blue, con predominio de la guitarra acústica; electrónica con reminiscencias de trip-hop en Índigo... En definitiva, variedad.

Los 36 temas que supone escuchar la colección completa pueden ser demasiados para digerir en una sola sentada, así que lo ideal es que elaboremos nuestra propia paleta de colores según nuestro estado de ánimo, y que los vayamos saboreando poco a poco.

Mis favoritos son Black y White, con Filth and Squalor y Home como momentos estelares, pero hay buenos temas repartidos entre todos los EPs.  We've got a score to settle, She's always singing, Crow and Cackle, The Inheritance, Trapdoor o Therma; son algunas sugerencias por si preferís escuchar una selección antes de enfrentaros a la colección completa.



Artista: The Dear Hunter

Álbum: The Color Spectrum: The Complete Collection

Año de publicación: 2011

Nacionalidad: Estados Unidos

Género: Art rock

Escuchar: Spotify

sábado, 11 de junio de 2011

¿Ha estado Neal Morse escuchando The Corrs?

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El nuevo álbum de Neal Morse es glorioso, y el segundo disco de la edición especial tiene una joya sorprendente, Seeds of Gold, que recomiendo encarecidamente. Pero escuchando la segunda pista del mismo, Absolute Beginner, me vino inmediatamente a la mente el In Blue de The Corrs. ¿Por qué?



La forma de introducir el tema con el estribillo, sólo con voces, tratadas de forma similar al tema que abre In Blue, e incluso más a Irresistible. Y la melodía de guitarra que continúa el tema de Morse es similar a la de Breathless tras su intro (también a capella), melódicamente. Dos coincidencias anecdóticas, pero que me golpearon de inmediato. Os dejo los temas para que podáis comparar y decirme que menuda chorrada.


Absolute Beginner:

Breahtless:

Irresistible:

viernes, 3 de junio de 2011

Escasez de milagros

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A Scarcity of Miracles es el título del nuevo "ProjeKct" de Robert Fripp (y compañía), que, aunque ha decidido desenchufar a King Crimson, no ha dejado de crear música. Para este séptimo ProjeKct se ha juntado con Jakko Jakszyk y Mel Collins, cuyo saxo vuelve a sonar junto a Fripp 37 años después de aquel mítico Red.

Para completar el elenco de músicos, tenemos a Tony Levin en el bajo y a Gavin Harrison a la batería, siendo Jakszyk el único que no ha formado parte de ninguna formación anterior de King Crimson.

Siendo un proyecto de Robert Fripp, esperaba comenzar a escuchar todo tipo de locuras y excentricidades tras darle al play, así que dejé los apuntes a un lado y me agarré a la silla... para nada, porque al final el viaje resultó ser mucho más plácido que lo que había previsto.

¿Eso es bueno o malo? Para mi, ha sido bueno, ya que he podido concentrarme en los estudios más de lo esperado. Otros echarán de menos más agresividad y composiciones más arriesgadas y afiladas, pero la verdad es que a mi el resultado me ha sorprendido gratamente, y lo he disfrutado bastante. La suave voz de Jakszyk y el saxofón (muy meloso) de Collins tienen gran peso en el álbum, y sin duda me han recordado a No-Man (el proyecto de Tim Bowness y Steven Wilson), sobre todo por la similitud entre las voces. Fripp (como el resto de la banda) está muy contenido, limitandose a sus paisajes sonoros con la guitarra.

Os dejo un vídeo para que os hagáis una idea de como suena, aunque el vídeo en cuestión me da vergüenza ajena en ocasiones, con Mel Collins y su saxofón flotando por ahí (parece que no se han enterado de que los 80 ya se han terminado)




Artista: Jakszyk, Fripp and Collins (A King Crimson ProjeKct)

Álbum: A Scarcity of Miracles

Año de publicación: 2011

Nacionalidad: Reino Unido

sábado, 28 de mayo de 2011

Beardfish - The Sane Day (parte 2)

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En la anterior entrada de este ciclo sobre Beardfish que promete durar unos meses hablé con bastante detalle del primer cd de The Sane Day. Hoy toca por fin seguir con la obra y ver qué depara el segundo disco, aunque escribiré bastante menos para una lectura más ágil. También ocurre que me parece más representativa la primera mitad, y a quienes haya gustado probablemente habrán cogido por su parte esta otra mitad. Por tanto, sin prisa pero sin entretenerme tanto, aquí van mis impresiones sobre el segundo "acto".

Recordamos dónde nos habíamos quedado: acabando The Summit con una cara de absoluto disfrute. Tras la pausa entre discos, mayor si los cambiamos manualmente en el reproductor y menor si estamos aprovechando las maravillas de la era informática y tenemos un rip, viene un ratito de relax con el tema que da título al doble álbum. The sane day establece una atmósfera de ensueño valiéndose únicamente del piano eléctrico y acaba con un incremento de intensidad y la vuelta del resto de la banda antes de regresar al rock con Blue Moon, cuya estructura es muy interesante y es otro de los temas más alegres de la obra. A destacar los pasajes intermedios con los arpegios de sintetizador, consiguen unas transiciones interesantes dentro de su simlpeza.




lunes, 16 de mayo de 2011

En movimiento

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Una pequeña recopilación para empezar bien la semana. Pensada especialmente para escuchar en el coche/tren/etc., viendo el mundo pasar ante nuestros ojos a través de las ventanillas.

sábado, 14 de mayo de 2011

Beardfish - The Sane Day (parte 1)

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Seguimos la serie prometida de entradas de Beardfish con el que yo considero la primera obra real, al menos en mi concepción de la banda. The Sane Day es un álbum doble, con una historia que a veces es seria y a veces todo lo contrario. Incluso ambas cosas a la vez. Es un saco enorme, tanto estilísticamente como líricamente, y en el caben sin apretujarse bailes de salón, grasa afrodisíaca de moluscos, el típico trasfondo de joven incomprendido y deseoso de amor y ese punto de miseria y rabia que tan natural le queda a Rikard Sjöblom.

Este Día Cuerdo es un disco en el que Rikard se incorpora definitivamente a los teclados, y consigue terminar de definir el estilo y la intrumentación el grupo, convirtiéndose en el hombre orquesta de la banda, teniendo a su cargo guitarras, teclados y voces. Y con teclados englobo una gran cantidad de timbres, muchos de ellos los responsables del regusto setentero de Beardfish: órganos a lo hammond, mellotrones, sintes analógicos, clavinets, pianos acústicos y eléctricos variados, solinas...

Pero, pese a mi de-formación tecladil, tengo maravillas que hablar del resto de instrumentistas, por feos que sean algunos. Las baterías de Magnus Östgren son un claro ejemplo de cómo tocar lo justo y necesario y nada más. Un kit sencillo, ausencia de alardes y apoyando al bajo de Robert Hansen a formar una sección rítmica sólida y correctísima. Bajo que, por cierto, tiene unas líneas muy creativas, desde las más saltarinas hasta las más íntimas, pero casi nunca están esas dos manos quietas.




¿Guitarras? A pares, oiga. Tanto David Zackrisson como Rikard reparten riffs y melodías que se entretejen y complementan a la perfección. De hecho, lo polifacético que es Rikard nos lleva a dividir los temas de Beardfish en dos tipos principales: aquellos en los que él lleva el teclado y aquellos en los que él lleva guitarra. Canción tecladera contra canción guitarrera. En las primeras es David el que brilla con sus acompañamientos y solos melódicos, y en las otras se produce uno de los ingredientes que más me gustan en sus discos: los solos de guitarra limpia o con poca distorsión que llevan dos líneas paralelas armonizadas o bien un diálogo en el que se suceden preguntas y respuestas entre ellos.

Vistos a grandes rasgos los pormenores tímbricos de Beardfish a partir de este álbum, y que mantienen en gran medida en los sucesivos, vamos a ver qué se cuece en particular en este The Sane Day. El primer disco en esta entrada, el segundo en la siguiente, para no pecar de cansino. Vamos allá.

domingo, 8 de mayo de 2011

Un jardín en la luna...

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Anoche fui a ver a Moongardening Inc. a la sala Tabóo, y me esperaba un gran concierto por lo mucho que me gustaba ya su EP The Green Dog Sessions y por lo flipado que me quedé con la primera escucha del nuevo disco que publicaron el otro día, con un título tan sugerente como lo es A sky full of killer whales. Pero la actuación no resultó ser lo que venía esperando. Porque fue mucho mejor aún.




Para introducir un poco la música de Moongardening Inc. podría decir que tiene una base entre pop y folk pero me quedaría demasiado corto. Ramalazos sesenteros, jazzeros o blueseros también están muy presentes, e incluso momentos de swing o totalmente psicodélicos. Y las canciones parten siempre de una historia, como nos contaba la cantante Sarah van der Meer entre tema y tema anoche. La mejor manera de que sepáis realmente a qué suenan es pasarse por su página en Bandcamp, donde se pueden escuchar tanto el EP como el nuevo disco de forma gratuita y deliciosa. Id ahora y ponedlo de fondo mientras seguís leyendo aquí.

viernes, 6 de mayo de 2011

Is it just a crazy dream?

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And if I show you my dark side
Will you still hold me tonight?
And if I open my heart to you
And show you my weak side
What would you do? 

The Final Cut, el tema que da nombre al disco homónimo, es una de esas joyitas que se dejan de lado por diversos motivos. En mi caso, y supongo que el de muchos seguidores de Pink Floyd, fue por prejuicios. The Final Cut es considerado, y no sin razón, un disco en solitario de Roger Waters más que uno de los Floyd, y por lo tanto se le suele ver como al patito feo de su discografía (si no contamos con A Momentary Lapse of Reason). Richard Wright ya estaba fuera de la banda, y Waters ya había decidido unilateralmente que el grupo no daba más de si. Un punto de vista que no compartían Gilmour y Mason, que además ya se habían comprometido a ofrecer a la discográfica un nuevo disco de Pink Floyd y no querían faltar a su palabra (y mucho menos quedarse sin cobrar). Así que lo que se suponía que debía ser un trabajo en solitario (al fin y al cabo se trata de una obra muy personal, nada menos que la exorcización ¿definitiva? de los cansinos traumas de Waters), terminó siendo una pieza más de la obra floydiana, construida con los ladrillos sobrantes de The Wall, y con Mason y Gilmour actuando como meros mercenarios bajo las órdenes "dictatoriales" de Roger.

Puede que recuerde a The Wall en muchos momentos, pero The Final Cut es una anomalía en la discografía de Pink Floyd; un álbum peculiar, diferente a sus predecesores. La verdad es que se nota la ausencia de Wright, y por otro lado se agradece el sonido familiar de la guitarra de Gilmour, que consigue brillar en temas como Your Possible Pasts o el propio The Final Cut a pesar de estar relegado a un completo segundo plano. A día de hoy no se si es el mejor álbum de Roger Waters en solitario (junto con Amused to Death) o uno de los más flojos de Pink Floyd, pero sin duda me parece un buen disco.

The Final Cut (la canción) podría considerarse la segunda parte de Comfortably Numb. El parecido está ahí, las comparaciones son inevitables, y aunque supongo que todos nos quedamos con el mítico himno de The Wall, ésta también se merece ocupar un lugar destacado.

No está de más recordarla.


sábado, 30 de abril de 2011

Beardfish - Från En Plats Du Ej Kan Se

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Hablar de Beardfish es difícil. No por falta de cosas que decir, sino porque las palabras no describen con fidelidad lo que ofrecen con sus discos. Se puede decir que hacen rock progresivo de regusto setentero con un sonido actualizado. También que sus letras saltan sin problema entre lo depresivo y lo jocoso. O incluso que cambian contínuamente de pasajes llenos de exceso a otros muy íntimos y sentidos. Pero no estaría diciendo nada realmente, es sólo una descripción de manual con 3 datos representativos pero que no marcan una diferencia.

Así que voy a hablar de Beardfish olvidándome de todo lo anterior. Voy a intentar dejar a un lado lo obvio, como pueden ser las influencias de Genesis, Gentle Giant o Frank Zappa. Voy a tratar de destacar en cada disco lo que a mí me ha hecho amarlos casi incondicionalmente. Y sí, se me colarán referencias, términos típicos de las reseñas mediáticas y comparaciones más o menos acertadas. Pero es inevitable. Al fin y al cabo es música hecha con los mismos ingredientes básicos que el resto. Pero quiero explicar por qué las platos de los suecos están mejor que lo que uno espera al leer la receta.



martes, 29 de marzo de 2011

Dark jazz

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Dark Jazz, Noir Jazz... ¿Qué pasa por vuestras cabezas si os describen un disco con esas etiquetas? En mi caso, una tétrica habitación rodeada por cortinas de terciopelo rojo, enanos que bailan de forma extraña y hablan al revés, bosques oscuros vigilados por las lechuzas, un caballo en la sala de estar, un unicornio azul bailando con un gigante bajo un semáforo en rojo que cuelga de un árbol. O quizás un club nocturno completamente vacío, la barra iluminada tenuemente por la luz difuminada por el humo, y un foco solitario apuntando a una mujer sobre el escenario, mientras canta una frágil melodía llena de melancolía y sensualidad.


Si os ha entrado la curiosidad y estáis deseando descubrir qué evocan en vosotros esas atmósferas oscuras y fúnebres, que discurren lentamente como una pesadilla surrealista, con una calma tan solo perturbada por el sonido de un saxofón o una voz femenina, a continuación os dejo un par de recomendaciones que pueden interesaros (todos los enlaces conducen a Spotify).

martes, 8 de marzo de 2011

Discos que deberían gustarte más

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Esos discos que, dentro de la escena correspondiente, gustan a casi todos... y a ti no. Absolutos referentes culturales y artísticos. Obras seminales del género al que pertenecen. Pináculos de la evolución musical que, por algún motivo que no comprende nadie, no nos dicen nada. Y no por cuestión de preferencias estilísticas o por etiquetismo, no. Porque, y ahora que voy a empezar a hablar de mi caso particular, me ocurre que aunque no disfrute demasiado de esos álbumes, amo otros suficientemente similares de los mismos artistas. ¿Es esto un capricho? ¿Soy un modas, un idiota que simplemente desprecia por trollear, o tengo algún motivo mínimamente explicable?

Principalmente lo tercero, aunque a veces la segunda se usa por pura diversión. ¿Quién no se ha divertido durante días afirmando con vehemencia "Linkin Park son una mierda" ante una persona conocida, y ha llegado a casa y se ha puesto a disfrutar del Hybrid Theory, del Meteora y del Minutes? Porque el último es una basura. :trollface:

Así que voy a listar una serie de álbumes que "deberían gustarme más" y a decir el motivo por el que no los pongo a la altura de otros que la opinión general considera inferiores. Recordad: en internet, sobrevalorar está sobrevalorado.

martes, 22 de febrero de 2011

Gente loba

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Tras un largo y confuso viaje a través de un laberinto de agujeros de gusano, la Tortuga Espacial regresa a nuestra dimensión con una nueva recomendación: el debut de unos británicos que nacieron tarde y comenzaron en esto de la música con unos cuantos años de retraso, pero se les perdona.

Eh tíos... eso en el cielo... ¿es una tortuga?
Steeple es el primer álbum de Wolf People, aunque ya habían editado algún EP y una colección de singles bajo el título de Tidings. Se trata de un retorno al rock psicodélico setentero, con un sonido claramente británico. ¿Que tiene de interesante entonces? Bueno, es cierto que escuchar a ciertos grupos “revival” puede ser una pérdida de tiempo, ¿para qué escuchar al enésimo clon de Led Zeppelin (por poner un ejemplo) cuando los originales ya hacían lo mismo hace años, y mucho mejor?

Pero a veces merece la pena, cuando uno de esos grupos consigue currarse un disco decente y con la actitud adecuada.



No es nada nuevo, ni original; pero es un buen disco, muy disfrutable si buscas retroceder en el tiempo hacia épocas más psicodeliciosas. No faltan las influencias folk, y del rock progresivo en general. Particularmente me ha llamado la atención el saborcillo a Jethro Tull de "Tiny Circle".


>>> Spotify <<< ♫ ♫

Artista: Wolf People

Álbum: Steeple

Año de publicación: 2010

Nacionalidad: Reino Unido




Silbury Sands (el tema que abre el disco) es una de mis recomendaciones del mes en la lista colaborativa de febrero de Furia Contra la Máquina, en Spotify. Echadle un vistazo y animaos a participar y a comentar vuestros descubrimientos con la gente furiosa.  

Lista colaborativa || Furia contra la máquina

lunes, 14 de febrero de 2011

Despertar electrónico

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Hace unos cuantos años, en esa época en la que uno descubre y abraza el rock progresivo y las estructuras más complejas de lo normal, veía la electrónica más o menos machacona como algo inferior o aburrido. No pasa nada, aparte de ser una opinión tan válida e inválida como cualquier otra, tenía mis motivos que me parecían correctos. También estaba demasiado obsesionado con el prog, y las cosas que no se salieran de la norma me resultaban menores. Pero, tarde o temprano, (casi) todos maduramos. Musicalmente también. Bueno, es un proceso contínuo en realidad, pero nos abstraeremos de eso para no salirnos del tema del que quiero hablar.

Sí, antes menospreciaba la electrónica. Es una frase estúpida, porque la cantidad de cosas diferentes que pueden caber bajo una etiqueta como "electrónica" es apabullante. Así a bote pronto puedo decir Vangelis, Kraftwerk, Scooter, Autechre, Daft Punk o bandas sonoras de NES. Los primeros que se me han venido a la cabeza. Y son todos diferentes entre sí. Era mi amplio desconocimiento musical el que me ataba bien fuerte la venda que tapaba mis ojos a nombres y mis oídos a obras que posteriormente disfrutaría. ¿Han cambiado tanto las cosas o sigo siendo así de idiota?

viernes, 11 de febrero de 2011

Kill Your Co-Workers

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Flying Lotus - Kill Your Co-Workers

Abriendo boca 8-bits. De verdad, tengo el recopilatorio (doble) en proceso... algún día llegará.

martes, 25 de enero de 2011

Too hot to handle

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Esta extraña pieza me viene de mano de mi querido amigo Julio, que está enganchado a este nuevo estilo llamado ZEF. Son, como dice él, "canis de suburbios de Sudáfrica haciendo hip-hop fiestero en Afrikaans". Obsesión fálica, rapeos con acento gracioso y un inocente intento de malotismo... que seguramente sea más real que el de muchos americanitos.

Me tiene completamente desconcertada. Siento a menudo la necesidad de ver este vídeo, todavía no sé por qué. No sé si me gusta, no sé si me disgusta. Es un poco de todo a la vez. Lo único que tengo claro es que el "evil boy" me da bastante grima y que la versión maligna de Björk (gracias Raúl) me hipnotiza una y otra vez, siento hasta ternura.

Hay más inquietantes vídeos esparcidos por youtube, pero creo que este es el mejor currado... los otros son bastante chungos. Si queréis ver el paquete de "Ninja" meneándose bajo unos calzoncillos del Dark Side of the Moon, buscad "die antwoord - swingin' bawlz"...

martes, 11 de enero de 2011

¿Qué se puede esperar de un mamut?

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Beardfish sacarán nuevo disco este año, en torno a marzo. Y eso es una muy buena noticia para mí, puede que hasta para otros. Le tengo bastantes ganas a este inminente Mammoth por varios motivos. Como fan incondicional de la banda está claro que cualquier cosa que saquen voy a querer escucharla. Sea una canción navideña con letra de ciencia ficción de doce minutos o una pequeña pieza de apenas 4 minutos encuadrada en una historia mayor, contada por numerosos grupos. Además, habiendo sido Destined Solitaire (Spotify) mi disco favorito de 2009, el interés que tengo en el siguiente es muy elevado. Por no hablar de la cantidad de órganos, mellotrones y sintes que va a haber en el nuevo álbum... si no estuvieran ahí, no hablaríamos de Beardfish. ¿Pero qué espero yo de Mammoth concretamente?

viernes, 7 de enero de 2011

Sonríe... Mañana puede ser peor

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Gracias a los comentarios en este post en Furia contra la máquina veo que ya salió el Mañana puede ser peor de Perfect Smile, disco que llevaba mucho tiempo esperando (dos años incluso). El grupo de Madrid hace un metal que podría tildarse de "power", pero quedan mejor definidos como "los A.C.T españoles". 

Ya en la maqueta Sonríe se veía una inspiración y un amor explícitos hacia la banda sueca que yo también idolatro. Descargable gratuitamente en Jamendo, Sonríe tiene cinco pistas de metal muy happy, con letras curiosas y un sonido compacto. Mucho tecladín, muy a la manera de A.C.T. Pero de alguna manera, siendo obvia y patente la intención de honrarlos, el resultado no me parecía un plagio ni descarado ni nada por el estilo. Era genial. Y punto.


Los A.C.T españoles. Quien no conozca A.C.T que pase por Spotify. Prog metal happy y divertido.


¿Y qué nos encontramos en este reciente Mañana puede ser peor? Una regrabación de los temas de Sonríe, con cambios y el añadido de detalles varios, y otros cinco nuevos temas, alguno de los cuales ya había podido escuchar en directo, como Murphy. El disco suena mucho más nítido que la maqueta, como es de esperar. Pero lo que gana en claridad, para mí lo ha perdido en empaste, en cohesión. Se notan muy bien las distintas capas, pero no acabo de sentir que es un grupo, no veo esa fuerza. Además, el cantante parece que se ha comedido más y ha ido controlando sus excesos... ¡y a mí me gusta más cómo lo hacía antes! Además, ahora se entiende mucho mejor lo que va cantando, y he perdido el juego de intentar adivinarlo que sí tenía con Sonríe.

lunes, 3 de enero de 2011

Dosmildiez (II)

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<- Primera parte

Con el nuevo año llega la segunda y emocionante entrega de la lista que comencé hace unos días, con los discos que más me han gustado en el 2010. No penséis que por ser los últimos son peores, ni mucho menos. Hay algunos títulos que no deberíais dejar pasar.

Pero antes de empezar, voy a hacer justicia a un trabajo que no ha pasado el corte, pero que se merece al menos una mención:


Puede que el último disco de Hammock no sorprenda, pero tampoco decepciona: es increiblemente bonito, exactamente lo que se espera de ellos.



Y ahora, *redoble de tambores*, sigamos con la lista: