martes, 12 de marzo de 2013

Folk espacial

0 comentario(s)

Astronáutica: La astronáutica se define como la teoría y práctica de la navegación fuera de la atmósfera de la Tierra por parte de objetos artificiales, tripulados o no, es decir, el estudio de las trayectorias, navegación, exploración y supervivencia humana en el espacio. Abarca tanto la construcción de los vehículos espaciales como el diseño de los lanzadores que habrán de ponerlos en órbita.


Esa definición habla de la supervivencia humana en el espacio, pero no dice nada sobre reptiles (tortugas, para ser más exactos), aunque estoy seguro de que también es aplicable. En cualquier caso, no estamos aquí para hablar de eso, y además tratar de estudiar la trayectoria cósmica de la tortuga espacial podría llevarnos toda una vida, suponiendo que semejante tarea esté al alcance de la limitada capacidad humana.

Hoy estamos aquí para escuchar a Hidria Spacefolk, un grupo de señores finlandeses que sueñan con visitar otras galaxias, pero que no pueden, porque están en Finlandia. Se desahogan haciendo lo que ellos denominan como "Astro-Beat", es decir, space rock, rock progresivo, psicodelia, etc.

Si, puede que eso de "space rock" parezca ridículo, pero es uno de esos casos en los que la etiqueta realmente refleja el sonido al que hace referencia. Y es que Hidria Spacefolk son el sonido del Universo en expansión, un viaje a la velocidad de la luz a través de infinitos agujeros de gusano, supernovas, y naves en llamas más allá de Orión.

Astronautica (2012) es su cuarto y último LP (por el momento), después del ya lejano Symetria (2007). En él abandonan algunos de esos sonidos e intrincados patrones orientales de discos anteriores por un enfoque que quizás llega a rayar más con el metal progresivo. Un viaje hipnótico y veloz, lleno de serpenteantes cambios de dirección (y xilófonos).




Artista: Hidria Spacefolk

Álbum: Astronautica

Año: 2012

Nacionalidad: Finlandia

Género: Space-rock / Rock Progresivo / Psicodelia

Selección WYWT: 3. Badding

sábado, 14 de abril de 2012

Perdidos en la nueva realidad tortuguera

0 comentario(s)


Mientras veía el pequeño montaje (de 11 minutos) que Arjen Lucassen ha hecho para promocionar su inminente nuevo álbum, pensaba en que los comentarios que añadió en texto eran sorprendentemente similares a los que hago yo sobre mi música cuando se la muestro a alguien y le voy explicando cosas sobre ella. Y no digo esto de una manera pretenciosa por mi parte, en plan "oh, mira, soy como Arjen", sino al revés: Arjen está hablando acerca de lo que ha hecho, comentando alegremente que tal o cual parte se parecen mucho a otras de Pink Floyd, Queen o David Bowie, por decir algunas. Y eso mola.

A nadie lo importa y nadie me lo ha preguntado, pero yo (y millones de personas) llaman a las partes distintas de sus canciones según aquello a lo que les recuerde o quieran intencionadamente parecerse. De entre mis apodos para partes destacan cosas como Neal Morse salsero, Farm Boyera, Depeche Mode o Daft Punk. O un tema que directamente se llama (título provisional, claro está) Blackfieldera.

Como ya admiré en su día de Portnoy, la faceta de melómano sin remedio sale a relucir también de Arjen. Vale, esto no es nuevo, pero es una excusa tan buena como cualquier otra para desempolvar Wish you were turtle y no dejaros simplemente con ese temazo adelanto de Lost in the new real incrustado cutremente.




   

domingo, 27 de noviembre de 2011

Viaje a Pauseland

0 comentario(s)
A veces necesitamos tomarnos una pausa. No sabemos exáctamente qué es lo que ocurre, pero todo lo que intentamos sale torcido, como si el mundo se hubiese desplazado sin previo aviso haciéndonos perder nuestro eje de coordenadas. La comida sabe amarga, la música es un ruido de fondo, y las palabras suenan raras y pierden su significado. Pisamos todos los charcos del camino. Las musas nos abandonan y las tortugas se van en busca de pastos más verdes.

Es momento de visitar Pauseland y buscar refugio en su gélida y al mismo tiempo acogedora tranquilidad. Curiosamente, allí me he encontrado con la tortuga espacial, que había desaparecido en combate, y nos hemos puesto al día. Se ve que también necesitaba un descanso y por eso se largó sin avisar. Así de impredecibles son los reptiles interestelares.

Y tras ese encuentro he sentido la necesidad de escribir en el blog. ¿Coincidencia?¡No lo creo!


La gente de Pauseland se lo toma con calma, habla bajito y con palíndromos, y se queda observando el mar helado con pose contemplativa y mirada profunda. Susurran melodías minimalistas que subliman el hielo nórdico con el sonido del viento metálico.

No dejéis de hacerles una visita.

Artista: Pauseland

Álbum: Palindrome

Año: 2008

Nacionalidad: Dinamarca

Género: Jazz






Web oficial: pauseland.com
Myspace: myspace.com/pauseland

jueves, 15 de septiembre de 2011

El ingrediente por la receta

0 comentario(s)


Hey, estoy vivo. Y sé que tengo cosas pendientes en el ciclo de Beardfish, pero necesitaban descansar y tengo en camino los dos Sleeping in Traffic. Así que cuando a Zavvi le venga en gana, lo retomo. Hoy tengo algo breve que decir. Y no es sobre el nuevo álbum de Dream Theater, sobre el que me gustaría hablar dada la controversia y división de opiniones que ronda por internet y tanto me sorprende. Además, eso no podría ser breve...

Hoy quería decir que Mike Oldfield es (un) dios. Lo matizable en la anterior afirmación es el tiempo verbal, pero eso es algo que se confirmará cuando se digne en publicar ese disco de nuevo con guitarras que iba a hacer, pero que intuyo volverá a tener electrónica fácil de Fruity Loops por todas partes.

He tenido antes un pensamiento acertado. Normalmente una de las cosas que se echan en cara al señor Oldfield es que "siempre suena igual". Y, si bien ha tenido sus momentos de reciclaje y autoplagio como cualquier grande seguro de sí mismo, creo que la gente se deja engañar por los timbres, los instrumentos. Una de las cosas que más me gustan de él es la personalidad e inmediata identificación de sus varios tonos de guitarra marca de la casa. Y la ilusión es confundir los ingredientes con el plato final.

Es obvio que si no te gusta el pimiento, las recetas que lo lleven es probable que no quieras comerlas. Pero mi razonamiento iba más hacia aquellos que, amando ciertas obras en las que esos ingredientes aparecen, los rechazan rotundamente en otras obras (posteriores y anteriores, no es cuestión de novedad u originalidad al parecer). Lo bonito de todo es eso, que a cada cual le puede gustar una cosa u otra, y que aunque a veces se pueda explicar de una manera lógica, normalmente no hay manera y se queda así.

Es como lo que a mí me pasó con el maíz dulce... de tenerlo siempre como ingrediente presente en ensaladas varias, acabé aborreciéndolo. Aún así, no deja de fascinarme la situación, y la confusión ingrediente/plato. Lo he visto ocurrir con multitud de artistas, y estoy seguro de que alguna historia similar podéis contar, ¿verdad?

    

domingo, 4 de septiembre de 2011

El día en el que todo tema era bueno

0 comentario(s)
Hoy me ha ocurrido algo fascinante, y que ojalá se repita en los días siguientes. Cada disco, cada tema suelto que he escuchado a lo largo de este atípico domingo me ha emocionado, me ha llegado incondicionalmente. Ha sido sorprendente y muy placentero, y espero que sea la prueba de que ha vuelto la capacidad de disfrutar la música profundamente, que hacía tiempo que echaba en falta (por desgracia).

Si bien ha sido un viaje en gran medida errático, hasta con los álbumes completos me he visto disfrutando de cada instrumento, de cada fraseo, de cada canción, como si fuera la obra más importante de la historia del arte. Y no estoy hablando de manera académica; no voy a alabar las adaptaciones para piano de las sinfonías de Beethoven que degustaba el otro día por ser música culta. Estoy hablando de "simples temas de música moderna".

Empezando el día con el Ride the lightning de Metallica y una gran sonrisa en la cara, fruto de una nueva perspectiva ante un disco más que conocido por mí, pero que esperaba tuviera dificultad a la hora de digerirlo. ¿Por qué? Creo que ya he comentado por estos lares que el metal por el metal no me decía nada últimamente.  Además de entrarme bien, he asimilado un montón de cualidades musicales y compositivas en las que no había caído anteriormente.

Y si no quería metal, me he bebido dos tazas, pues no sólo he disfrutado con éste, sino que además he escuchado (por primera vez en mi vida) un disco de Megadeth, animado por los temas que han incluido en el último Guitar Hero. El Rust in peace, concretamente. Y también me ha sonado de vicio.

A estos dos hay que sumarles el Buck Fever de Estradasphere, a quienes conocía de hace muchos años por una versión jazzera de temas del Super Mario Bros 2 (Super Buck 2, incluída en este álbum), y que me ha encantado. Curioso: el metal en los dos discos thrasheros anterioremente citados me ha sentado de vicio, y en cambio los pasajes más duros del Buck Fever me han caído mal... imagino que por el contraste con las partes más jazzeras o folkies, que son estupendas.

También ha sucedido que una serie de temas que se han sucedido aleatoriamente me han llegado como nunca. He notado sutilezas que se me habían escapado hasta hoy. He captado adornos y arreglos que habían escapado de mí en todas las anteriores escuchas. Y temas que ya tenía endiosados han cobrado una nueva importancia. Hablo, por ejemplo, de I'm not in love de 10cc o de Becoming Insane de Infected Mushroom. Y podría hablar de Layla, de Derek & the Dominos, pero es un tema que merecería una entrada para él solito, y me ha cautivado a estos niveles cada vez que la he puesto, no sólo hoy. Y muchos más, incluyendo Mussorgsky, Placebo, Johnny Cash, Isao Tomita, Blur... cada uno volviéndome más loco que el anterior, a su manera.

Ahora mismo, y con miedo a ponerme una única pista más en este domingo maravilloso por si no está a la altura del resto y no me resulta sublime, voy a poner la alarma y a pasar a posición horizontal, deseando fuertemente que durante las dos próximas semanas, como poco, se mantenga esta claridad y perspectiva ante la música que la Tortuga Espacial ha decidido regalarme.