Lo que voy a contar a continuación es algo que a mucha gente le pasará, y que a otros no. Más que la aprobación y los "+1" de los primeros, me interesa la explicación de los segundos a por qué no les ocurre igual. De lo que estoy hablando es de los problemas a la hora de elegir qué escuchar AHORA.
Veo tres principales problemas, cuando a mí me llega el momento de escoger. Tres pequeños problemas de los que, sin dudarlo un momento, culpo a la infinita oferta que internet nos regala y a la enorme demanda (necesidad, curiosidad, interés, ansia) que yo tengo de música. Tres problemas que proceden de las tres opciones principales que tengo siempre que se me presenta la situación.
¿Y qué disco me pongo yo ahora de todos estos?
Para empezar, me puede apetecer algo determinado. O algo que tengas requeteconocido, como en el caso ejemplo de Pink Floyd, o bien algo que hayas escuchado pocas veces y quieras reescuchar. Incluso puede apetecer escuchar una lista concreta de Spotify o 8tracks, nuestra o de otros. Ejemplos en orden:
Oh, me voy a poner el Wish you were here, que hace mucho que no lo disfruto.
Recuerdo que me gustó mucho el otro día aquel (II) de Toundra, voy a ponérmelo de nuevo.
Qué buena era la lista Quiet de Salu, aunque me gusta más la variedad aleatoria de los Vicios Junio 2010 de Allevoy.
Hasta ahí la primera opción. Que sepamos qué nos apetece, obviamente conocido de antes. El segundo caso sería similar a "apetecernos algo desconocido pero concreto". Que se traduce en recomendaciones. Alguien nos dice que tenemos que escuchar tal disco, o vemos en una de las inevitables listas de lo mejor del año algo que nos llama la atención.
¡Ey tío, cuando puedas dale una escucha al I, Robot de The Alan Parsons Project y dale un descanso al Suburbs de Arcade Fire, por mucho que todo el mundo diga que es uno de los mejores del año!
¿Mi problema con las recomendaciones? Me llueven por todas partes. Amigos, conocidos, sistemas automáticos (last.fm, Spotify, loquesea) y hasta yo mismo me "autorrecomiendo" cosas de las que leo algo que me atraiga. Incluso a veces me encuentro con un nombre que me sorprende y le pego una escucha a lo que encuentre. Aunque lo más probable es que se acumule cualquiera de esas opciones con todo el resto que durante años ha ido cogiendo polvo virtual en listas temporales de Spotify o carpetas varias de incoming. La indecisión y la falta de un impulso o motivo contundente hace que muchas novedades o recomendaciones caigan en saco roto por una mezcla de pereza y agobio.
El tercer y último problema grande es estúpido. Muchas veces sé lo que me apetece. Algo concreto del punto primero. Pero no es una única cosa. sino seis o siete a la vez. Y me estresa. En el mejor de los casos, encolo los siete álbumes y a tirar. Pero con las constantes interrupciones acaban desvirtuándose muchos discos (conceptuales, con pistas seguidas, o simplemente con un ambiente contínuo que se rompe al pausarlos) y por culpa de los cambios de opinión (ahora me apetece más esto otro... lo encolo) acabo con una lista de unos 15 o 20 álbumes que me apetece escuchar en una misma tarde. Le FU.
Al amigo Jacques le pasa lo mismo, pero resume su rabia con dos monosílabos
Y la pregunta que lanzo públicamente es... ¿cómo puedo ser tan idiota? No, realmente es, ¿alguien a quien le pase esto tiene un parche para paliar las consecuencias? ¿Alguien a quien no le pase sabría decirme cómo ir resolviéndomelo sin recurrir a la lobotomía o la reprogramación cerebral? Y, sobre todo, para no sentirme tan mal... ¿qué disco o discos habéis tardado más en escuchar desde que os lo recomendaran y qué os acabó pareciendo?
Bueno, la verdad es que yo me paso el 90% del tiempo escuchando lo que tengo pendiente en recomendaciones, por la simple manía de ver bajar las listas.
ResponderEliminarEl 10% restante lo dedico a escuchar cosas muy concretas que ya tengo bastante trilladas porque me ayudan a concentrarme para ciertas cosas (ejemplo: Train of Thought para picar código, folk estadounidense setentero o black metal para escribir segun qué). Y muy pocas veces me pongo discos muy especiales para revisitarlos (Ok computer con auriculares ftw).
Vamos, poco mas o menos igual que tú. Pero por ejemplo, cuando se trata de buscar qué folk setentero o qué black metal, la cosa se complica. Uno tiene sus preferencias, y lo mas facil es darle caña a esas, pero claro, luego se quedan muchos discos sin escuchar nunca más. De vez en cuando pongo el random, y cuando aparece algo curioso, pongo ese disco entero.
En los momentos de indecisión, suelo hacer lo que dice julitros al final de su comentario; poner el random e ir pasando, hasta que algo hace "click".
ResponderEliminarDe esa forma a veces se redescubren cosas que se tenían un poco olvidadas.
O eso, o la radio de last.fm, o explorar cosillas en Spotify.
El random siempre es nuestro salvador... pero ahí yo corro el peligro de entrar en modo random y de volverme un ser disperso que no consigue escuchar un álbum de seguido, temporalmente.
ResponderEliminarDebería haber una rama de la psicología dedicada a estudiar los trastornos creados por la infinita oferta de arte.
Y sí, julitros, OK Computer con auriculares FTW. Sin ellos también, pero con ellos más todavía.
+1
ResponderEliminarY a parte de eso, añado "otro síntoma".. el "quiero escuchar algo nuevo y que me enganche. Se trata de ir recomendación a recomendación y escuchar compulsivamente un minuto de un tema pillado al azar en spotify, siguiendo links de artistas similares. A veces hasta funciona xD
Yo he medio superado todo eso gracias a que os odio a todos y os ignoro cuando me recordáis que hay novedades o que me recomendasteis nosequé, mezclado con un puñado de apatía.
ResponderEliminarAsí que últimamente escucho a la deriva y aleatoriamente casi cualquier cosa, añado al tuntún a listas personales de spotify y me obsesiono con cosas tontas y puntuales (shushushuu shushu shuuu sugataaaun).