domingo, 24 de octubre de 2010

Baladas para el fin de los tiempos

A lo largo de su viaje entre las estrellas, la Tortuga ha presenciado cosas que vosotros no creeríais. Ha visto mundos morir, planetas marchitos, ausentes de toda vida. Ha sido testigo silenciosa de cientos de finales. Y no hay nada comparable a ponerle música al apocalipsis y contemplarlo en primera fila, sobre todo si vagas por el espacio sin nada mejor que hacer.

Porque no soy capaz de imaginarme a la Tortuga pensando: 
Vaya, me quedaría a ver esta orgía de decadencia y muerte, pero es que llego tarde. Tengo que coger el autobús y hacer unos recados, y además he quedado para esta noche. Otra vez será.
Pues no, enciende su mp3 atómico y disfruta de la caída de la civilización a ritmo de blues, por ejemplo.



No hay una única banda sonora para el fin del mundo. Cada final es diferente, y por lo tanto, cada uno tiene unas melodias específicas que se adaptan a la situación. Los hay lentos y agónicos, repentinos, apacibles como el de un anciano que deja el mundo a la hora de la siesta, o violentos y dolorosos. Algunos son casi poéticos, de esos que te imaginarías en blanco y negro, con música clásica de fondo. Mientras que un disco del thrash metal mas cafre podría amenizar una bacanal de sangre y destrucción.

Hay una música perfecta para esos momentos en los que el cielo se vuelve gris y la esperanza se desvanece. Cuando el espíritu comienza a marchitarse, afilamos las garras y guardamos nuestros corazones, cenicientos, bajo llave. Y el mundo parece una prisión, humedecida por las lágrimas, y los gritos de los condenados se ahogan bajo el aleteo de bandadas de pájaros negros. El momento de alzarse y luchar, antes de que el muro se resquebraje por completo y la corriente de aguas pantanosas nos lleve inevitablemente hacia el oscuro final.

En esos momentos suena una música y parece como si el mundo pendiese de unas frágiles notas de piano, que no pueden dejar de sonar. 

Es la música de Crippled Black Phoenix, un grupo de gente feliz y optimista que se junta para realizar lo que ellos denominan como "endtime ballads", y que sin duda disfrutan con Godspeed You! Black Emperor y Pink Floyd y lo muestran en su obra, con cierta variedad y hueco para la experimentación dentro de ese marco de melancolía y ruina.



Este año han sacado un álbum de 5 temas (incluida una versión de Of a Lifetime, de Journey), titulado I, Vigilante, y merece mucho la pena, sobre todo por We Forgotten Who We Are, que me ha parecido genial.


 

Os recomiendo también que le deis una oportunidad al doble álbum The Resurrectionists / Night Raider, de 2009. Rise Up and Fight es un temazo descaradamente inspirado en One of These Days de Pink Floyd. Os lo dejo aquí, pero también podéis escucharlo en su Bandcamp, junto con A Love of Shared Disasters, su primer disco.


    

También en Spotify (aunque falta I, Vigilante)




Stay turtle!!

2 comentarios:

  1. He oido el "I, vigilante" y el Extra Tracks (grande la versión de NIN) y me está gustando mucho este grupo, gran banda sonora para un domingo por la mañana :D

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