sábado, 28 de mayo de 2011

Beardfish - The Sane Day (parte 2)

    
En la anterior entrada de este ciclo sobre Beardfish que promete durar unos meses hablé con bastante detalle del primer cd de The Sane Day. Hoy toca por fin seguir con la obra y ver qué depara el segundo disco, aunque escribiré bastante menos para una lectura más ágil. También ocurre que me parece más representativa la primera mitad, y a quienes haya gustado probablemente habrán cogido por su parte esta otra mitad. Por tanto, sin prisa pero sin entretenerme tanto, aquí van mis impresiones sobre el segundo "acto".

Recordamos dónde nos habíamos quedado: acabando The Summit con una cara de absoluto disfrute. Tras la pausa entre discos, mayor si los cambiamos manualmente en el reproductor y menor si estamos aprovechando las maravillas de la era informática y tenemos un rip, viene un ratito de relax con el tema que da título al doble álbum. The sane day establece una atmósfera de ensueño valiéndose únicamente del piano eléctrico y acaba con un incremento de intensidad y la vuelta del resto de la banda antes de regresar al rock con Blue Moon, cuya estructura es muy interesante y es otro de los temas más alegres de la obra. A destacar los pasajes intermedios con los arpegios de sintetizador, consiguen unas transiciones interesantes dentro de su simlpeza.




A continuación un duo de instrumentales, Do you remember fun mom y Return to mudhill. Visto como un único tema tendríamos la primera como introducción, haciéndonos recordar los inicios de la aventura parafraseando las estrofas de Mudhill en un estilo más libre, y la segunda melódicamente nueva, pero sirviéndose de nuevo de sintes y órganos como principales protagonistas, convirtiéndose estilísticamente en una segunda parte del ya mencionado corte del primer disco, especialmente en el ambiente e instrumentación.

Waiting room tiene una cosa genial: el bajo, me encanta. En general goza de un ambiente más animado y Rikard se prodiga con los falsetes (le deben gustar tanto como a mí). Miss Gooberville no necesita comentario, creo yo, y sirve para llegar al siguiente plato fuerte. Mystique of the beauty queen es como si el espíritu de The Gooberville Ballroom Dancer volviera a nosotros, con todo lo que ello conlleva: contínuo fluir de frases melódicas de guitarra casi limpia, voces rápidas al unísono que cuesta cantar y distintos grados de humor y locura (aunque menos). Con un interludio ralentizado, recurso que se me olvido comentar en A Love Story y que reaparecerá en discos futuros, este corte engaña mucho por cómo empieza y no parece que vaya a convertirse en lo que acabas escuchando. Tiene varios de los puntos álgidos de este segundo cd, fácilmente.



Para descansar un poco la mente llega Love revisited, una improvisación sobre el tema de piano que abría el disco como introducción de A Love Story (de ahí su nombre, claro). Una vez más, un tema fijo cobra un sentido diferente al liberarlo de su estructura sólida y usarlo como punto de partida para explorar las posibilidades armónicas y melódicas que ocultaba. Y cuando hemos terminado de descansar... Ask someone who knows. Otra instrumental muy loca con muchas partes, muy grandes todas. Entre ellas una de las pocas catalogables como circenses del doble álbum, y eso que es un recurso que siempre sale en las descripciones y conversaciones acerca de Beardfish, probablemente más por mérito de los discos siguientes que por los dos primeros.



Tras la locura hay otro momento de respiro. Now es un corte muy tranquilo, sentido y coherente. Como las partes cantadas de A love story. Más primitiva, más cruda sin llegar a sonar dura. Y ayuda a cerrar la historia, puesto que la siguiente y última pista no tiene letra. El estribillo de Now es sencillo, pero las melodías son realmente buenas. Aunque en el interludio parece por un momento que va a tirar por derroteros electrónicos, más allá de la línea de sinte no se introduce en esos territorios, y enseguida aparece el segmento con el último puente antes del estribillo final, dejando el final tan cerrado como abierto. Fin de la historia...

Salvo por el último deje de locura. Largo deje de locura, esta The reason of construction and/or building a pyramid. Es el último exceso, pasando de la dureza con riffs atonales crujientes a los cantos de las montañas, curiosamente a cargo de gente ajena al grupo (Christer Jäderlund y Lisa Marklund, según los créditos). Y después de estos nueve minutos de enfermedad mental que tan ricamente disfrutamos, se acabó lo que se daba. Probablemente es tiempo de volver a empezar desde A Love Story. Sí, ¿por qué no? Al menos hasta que vuelva a hablar de estos suecos tan majos, dentro de un mes por ejemplo. Con otro álbum doble pero en realidad no. Todo llegará...


Artista: Beardfish

Álbum: The Sane Day

Año de publicación: 2005

Nacionalidad: Suecia


Escuchar: Spotify


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